sábado

juaquín


Cuando se dirigía hacia la habitación venía pensando en encontrarse con sus recuerdos de noche, la cama deshecha, ropas desmayadas en el suelo y algún que otro sueño estampado en la pared. Había más.

Prendió la luz, bajó las persianas, todo estaba igual que antes. Sin embargo, había aparecido una cajita de madera cerrada sobre la almohada, y él... él no la abrió

viernes

seres, amores... tambores...

Conocí un pajarito. No pude estar mucho tiempo a su lado, como todos ya sabemos, los pájaros vuelan pronto.
Se sentía en su aroma que venía de la Luna. Sí, él vino desde aquel ser de luz que organiza nuestro metabolismo, para despertar aquellas cosas que tenemos dentro y no lo sabemos...
Sabía volar por sobre las cabezas de la urbe, costeando los pararrayos, creando figuras en el aire, coloreando el agua abandonada de las zanjas.
Con él aprendí que a cada persona se lo acaricia con las palabras y la poesía, los sonidos de la conciencia. Él era un gran espectador de la naturaleza, de ella aprendió que todo se puede reciclar y reutilizar. Cada día se entregaba a aquel show interminable de vidas, buscándose desesperadamente, encontrándose y jugando a dejar estelas en el cielo.
Una noche tranquila con olor a primavera, llegó la hora de despedirnos. Antes de partir, me recordó que al sol de las tardes hay que respirarlo y cantarle una canción...
El pajarito tenía que seguir pajareando y continuar viajando la vida. Me quedé viéndolo a lo largo del aire, hasta que se alejó tanto que ya no lo distinguí entre las estrellas de aquel manto negro
volá, andate lejos, no dejes de pintar la tierra entera con tus huellas, pajarito del arco iris... el viento me trae las ondas de magia que desparramas en pleno vuelo

te quiero mkss

domingo

Isabel sobre plumas en un ligero colchón de vida roja y azul

Ella dormía. Soñaba con nuestros encuentros imaginarios sobre los anillos de Saturno, con colores ajenos al arco iris. Un águila dorada conducía la alfombra mágica sobre la cual volaba el cuerpo de Isabel, cuanta luz despliega este concierto de soles; ella pensaba en silencio.
Aterrizó sobre un pétalo de margarita, dibujado entre el pasto. ¡Alguien me observa!, gritó sorprendida, recién después abrió los ojos para comprobar... sí, claro. Yo siempre te observo, desde que nací

lunes

no me existe el punto final


Qué importante que es ser sincero en esta vida,
en nosotros, que nos manejamos con palabras
y no tenemos en cuenta el peso que esto
produce en el entorno todo.
Le hablamos a la gente, a las plantas,
en nuestra cabeza nos explicamos de mil maneras
a nosotros mismos qué queremos decir.
La palabra contiene el poder de construir, la sinceridad es el soporte