viernes

seres, amores... tambores...

Conocí un pajarito. No pude estar mucho tiempo a su lado, como todos ya sabemos, los pájaros vuelan pronto.
Se sentía en su aroma que venía de la Luna. Sí, él vino desde aquel ser de luz que organiza nuestro metabolismo, para despertar aquellas cosas que tenemos dentro y no lo sabemos...
Sabía volar por sobre las cabezas de la urbe, costeando los pararrayos, creando figuras en el aire, coloreando el agua abandonada de las zanjas.
Con él aprendí que a cada persona se lo acaricia con las palabras y la poesía, los sonidos de la conciencia. Él era un gran espectador de la naturaleza, de ella aprendió que todo se puede reciclar y reutilizar. Cada día se entregaba a aquel show interminable de vidas, buscándose desesperadamente, encontrándose y jugando a dejar estelas en el cielo.
Una noche tranquila con olor a primavera, llegó la hora de despedirnos. Antes de partir, me recordó que al sol de las tardes hay que respirarlo y cantarle una canción...
El pajarito tenía que seguir pajareando y continuar viajando la vida. Me quedé viéndolo a lo largo del aire, hasta que se alejó tanto que ya no lo distinguí entre las estrellas de aquel manto negro
volá, andate lejos, no dejes de pintar la tierra entera con tus huellas, pajarito del arco iris... el viento me trae las ondas de magia que desparramas en pleno vuelo

te quiero mkss

1 comentario:

  1. ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy me gustaría ser el pajarito de tu relato, puedo? yo también te quiero y tengo la breve sospecha que nos vimos en la luna en algún momento o bien en el intimo vientre marino. vuela vuela no te hace falta equipaje...

    ResponderEliminar